Tras leer sobre el programa Aulas Felices, y pensando en la asignatura de Psicología de la instrucción con Pili, soy más consciente de que soy feliz, pese (o por) a todas las cosas que puedan suceder a mi alrededor ya sean buenas o regulares. Y se que es porque he desarrollado la atención plena, o por lo menos un poquito de ella. Parece que estoy hablando de algo sectario, de una cosa rarísima, lo se. Pero me (lo) explico. Me refiero a una actitud de consciencia permanente, dejar a un lado nuestro piloto automático que hace que nos levantemos, duchemos, desayunamos y huyamos hacia el trabajo/facultad sin darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. Soy más consciente de qué me pasa en cada momento. Por ello estoy aprendiendo a disfrutar más las cosas pequeñas, esas que puede que sucedan todos los días, o solo una vez a la semana, o una vez en la vida, pero que te hacen ser más feliz. ¿Un ejemplo? Despertar al lado de él, y sentirlo al lado, feliz, calentito y abrazándote aun en sueños. ¿Muy obvio? A la salida del trabajo estos meses fríos, ver la luz preciosa de atardecer frío (friísimo) y ver hasta donde llega tu sombra.
También me vienen a la cabeza los momentos de Paz con Maru, tirada en la cama a oscuras escuchando música. O cuando uno de mis niños (uno muy en concreto) viene a abrazarme y se calma en seguida, agarrándose su oreja, o la mía. O cuando me caliento los pies en los del Poq cuando hace mucho frío. O cuando pruebo una comida riquísima que hacía mucho que no comía. Cualquier ejemplo es bueno.
Pues eso, que mejor vivir en el presente, y no en el pasado o en el futuro, aunque teniéndlos en cuenta, ya que es mejor que el cuerpo y la mente, vivan a la par, en el presente, ¿no? Pero lo mejor de lo mejor, es además de vivir en el presente, rememorar acontecimeintos pasados positivos, anticiparse y fantasear con experiencias buenas que están por venir, y sobre todo, paladear y exprimir al máximo los momentos presentes que nos gusten, alargarlos todo lo posible.
Chuches que paladear, como los momentos!